Este jueves Santo
podría decretarse
cierre de hipódromo
El hipódromo V Centenario se aboca a un cierre forzado por desavenencias entre su gerente de operaciones y los dueños de caballos, que no obedecieron el llamado a correr sus ejemplares este martes cuando, no obstante, se agotó el trámite de una cartelera que resultó un fiasco, caso decepcionante para los fanáticos
La gerencia de operaciones, a cargo del joven Cristian Ottoniel -Otto- Peña, hijo del ingeniero Diandino Peña, un hípico de toda la vida, había dispuesto desarrollar esta Semana Santa una programación normal con carreras martes, jueves y sábado. bajo la premisa de una mejorada apuesta, pero los dueños reclamaron respeto por el patrón de carreras y el panfleto de llamadas para los días, ya previamente establecidos, de lunes, martes y miércoles, por lo cual de 35 caballos inscritos solo 3 fueron a la pista.
La Comisión Hípica Nacional, el organismo rector del hipismo, presidido por el licenciado Juan Odalix Pimentel Báez, había emitido una resolución dando ganancia de causa a Otto Peña, disponiendo con carácter oficial que se corriera en la Semana Santa como es la programación recurrida, pero los dueños mantuvieron su rechazo alegando que por décadas no se ha corrido viernes ni sábado santos, por lo que persistieron en no llevar sus caballos, ateniéndose a todas las consecuencias y bajo cualquier amenaza.
El lunes los dueños, en un alarde de cumplir su posición, llevaron a la pista sus caballos, pero la logística para un día de carreras no estaba dispuesta; lo que sí ocurrió este martes. Empero, los actores del espectáculo no aparecieron, con excepción de tres cuyos intereses se vinculan con supuestos allegados a Otto Peña, según se alegó en corrillos hípicos.
Los ejemplares actuantes fueron, en la primera jornada, Catch The Carter, del establo Marianne, y Celtic Whir, del establo JAY Racing, que arribó primero en la distancia de 1,200 metros, con la conducción del jinete novato Ronny Méndez. El otro ejemplar, Ms. Pride, corrió solo, en la sexta, montado por el veterano Robinson Arias.
El jurado de carreras, presidido por Eduardo Pérez, agotó la tarde como si fuera un cartel en desarrollo, en tanto el staf de la transmisión de las carreras, con el veterano Simón Alfonso Pemberton, Radhamés Senra y José Luís Méndez, como narrador, cumplieron su papel.
En la segunda, tercera, cuarta y quinta carrera prevista el jurado recurrió, en cada caso, a la anulación “por no presentación de los intereses”, en tanto declaró nulas para toda jugada aquéllas donde hubo exigua participación.
En círculos hípicos se adujo que la participación de los ejemplares que corrieron, respondió a un contubernio de sus intereses con el gerente de operaciones del hipódromo, sujetos ahora a la expulsión como miembros de la federación de dueños por incumplir con las disposiciones de su directiva.
En los mismos círculos se comentó que los funcionarios que representan al gobierno “no darán su brazo a torcer” y que llamarán de nuevo a los dueños a correr este jueves “so pena” de disponer ulteriormente un cierre del hipódromo al no zanjarse las desavenencias en torno a las carreras en Semana Santa y otras querellas que tienen al hipódromo que hace aguas.
El centro de cómputos “Sea Hípico” reportó que se jugó al pool la suma de 203 mil 73 pesos, que se devolverá a los que invirtieron su dinero tanto en las bancas como en el hipódromo.
El eventual cierre del hipódromo, según los mismos círculos, no impediría las jugadas de “simulcasting” -apuesta a distancia- con el Camarero de Puerto Rico y los hipódromos cuyas apuestas se hacen a través de transmisiones del hipódromo Caliente, de México.
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