martes, 14 de febrero de 2012

"Con la verdad, ni ofendo ni temo, más los honestos no se esconden y tampoco guardan silencio"...

Hípica: Autor del blogger//Tomás E. Montás

La hípica está en el suelo 
 (El autor de este Blogger, el veterano periodista Tomás E. Montás, quien es es el presidente de la Asociación Nacional de Cronistas y Comentaristas Hípicos Unidos (Acehípicos) divulgó una nota en la que resalta la condición de precariedad en que se desenvuelve el hipismo con una administración regida por el gobierno y puesta en manos del bisoño Cristian Ottoniel -Otto- Peña, hijo del ingeniero Diandino Peña, hipico de toda la vida y a quien se atribuye la mayor influencia en la dirección de los destinos de esa actividad, que tanto apasiona a millares de hipistas que juegan a las carreras de caballos en el hipódromo V Centenario y Camarero, de Puerto Rico.
En ese tenor el pronunciamiento fue el siguiente.
“Me preguntan que cómo está el hipódromo y les digo que la hípica está en el suelo y que para levantarla hay que organizarse y renovar su administración, porque los entes hípicos andan todos por su lado, mientras uno que otros se benefician de lo poco que se produce, pues el hipódromo es administrado por unas autoridades que no les importa que esté por el suelo y, peor aún, cuanto más hacen es para que se hunda..
Hay muchos aspavientos, como obras constructivas a su alrededor, que es el “deleite” de Diandino, pero no innovan medidas más que aquéllas que perjudican, como la que se aplica a los agentes hípicos, cobrándoles compulsivamente, en tanto no les pagan a tiempo las debidas comisiones, que pudieran cobrarse enseguida culminan el inventario de la jugada del día de carreras.
Su administrador, Otto Peña, hijo del ingeniero Diandino Peña, un hípico de toda la vida, cumplirá un año actuando medalaganariamente, sin moderación en el trato con los entes hípicos, siempre con desbordada prepotencia -cual un Trucutú- como si no se les estuviera viendo, como si en el espectro del Estado fuera una isla de poder.
Y actúa con tanto alarde de poder, que muy reciente paralizó la impresión de los programas de carreras en el V Centenario como del Camarero de Puerto Rico para darle prioridad a trabajos particulares en la imprenta del hipódromo, con la impresión de talonarios de facturación de un centro de juego y banca hípica, ubicado en el sector de Naco, llamado “Bamboleo”, cuya propiedad se atribuye al administrador del hipódromo, modelo impreso que circula entre jugadores hípicos. Ese día llegó tardisimo a las agencias la poca cantidad de programas que se pudieron imprimir.
Claro, esto pasa porque lo que tenemos en el hipódromo, con algunas excepciones, son inversionistas que le demuestran a las autoridades que lo que quieren es una hípica de hambre, porque a más de hacerse escasas inversiones, les pagan los premios con tal atraso que cuando están ya desesperados reclaman pagos como si fuera para comer…
Porque los hay, no puede ocultarse, que solo buscan permanecer en la hípica, como el medio para producir, más para quitarse el hambre, a pesar de lo bajo que están las apuestas…
Los apostadores a las carreras de caballos lo hacen en cifras oscilantes, un día más que otro, pero siempre con tendencia a la baja, pero los que regentean el hipódromo parecen solo estar a la espera a que los dueños de caballos “exploten o boten el fondo” y se cansen de seguir manteniendo los caballos y el hipódromo atribuyéndoselo, entonces, a los dueños y no a la pésima administración y conducción de los asuntos hípicos; lo que hacen con premeditación y alevosía, para que “no se les pegue el muerto”, a propósito de que estamos en la carrera electoral y que la pérdida del trabajo de miles de personas llegue a afectar la candidatura presidencial del gobierno peledeísta.
Y muchas cosas se pueden hacer en lo inmediato para no perder la afición, tanto como mantener la actividad como fuente de trabajo para miles de personas en buena parte del país, así como, por ejemplo, bajar el precio de las combinaciones, de 13 a 10 pesos; poner a pagar como en las loterías, tres premios -6, 5 y 4 en vez de 6 y 5- crear un fondo para la importación de 300 caballos de manera escalonada en el año y reformular los niveles de premios a los caballos ganadores, ya que actualmente esos premios son fijos y las apuestas no ofrecen el equilibrio necesario para cubrirlos, de ahí los atrasos en los pagos a los dueños de caballos. Otras medidas pueden adoptarse y que tienen que ver con elevar la categoría de la actividad, con publicidad efectiva, con tal prepotenciadiezmada por el desazón de quien solo aprecia el dinero percibido para oropeles, mientras se desentiende de la promoción y la publicidad, en tanto por lo mismo le niega el pago de publicidad contratada a una decena de periodistas, por aquello de que no fue él que hizo la contratación, desconociendo con tal prepotencia el principio de la continuidad del Estado.
Yo mismo, y me da pesar decirlo, soy uno de los afectados de no recibir unos 50 mil pesos adeudados por publicidad, por la negligencia de Otto Peña, un burlón empedernido con deprimente historial como entrenador en Estados Unidos y Puerto Rico.
Y me aferro a la sentencia socorrida de que “el que la hace, la paga” aquí en la tierra o en el cielo…
 Sí, “porque la fortuna no compra la eternidad”….



http//hipicosas.blogspot.com/

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