¿Constitución del Siglo XXI
o de la edad media?
En el día de ayer la Asamblea Legislativa y el Presidente de la República proclamaron la nueva constitución de la República Dominicana calificada como una Constitución del siglo XXI.
Nos preguntamos como puede ser considerada la nueva Constitución como una constitución del siglo XXI cuando la misma está plagada de disposiciones conservadoras que implican exclusión e inequidad en términos jurídicos y sociales.
Una Constitución que legitima la exclusión de las mujeres y le mutila su libertad de decidir sobre su propio cuerpo y las exponga a la muerte sin protección del estado no puede ser considerada una Constitución del siglo XXI. Una Constitución donde las decisiones de las jerarquías eclesiásticas (como en la edad media) tienen más poder que la de las mayorías.
Una Constitución que excluya a la población del derecho a utilizar las playas, y ofrezca intersticios para que grupos minoritarios conviertan nuestras playas y parques en espacios exclusivos de élites, no es una Constitución del siglo XXI.
Una Constitución que legitima el despojo de la nacionalidad a personas que son hijos, hijas y nietos/as de migrantes ilegales no puede ser considerada una Constitución del siglo XXI.
Una Constitución que limita la categoría de familia a solo familias nucleares de parejas heterosexuales excluyendo la mayoría de las familias de nuestra sociedad que son familias monoparentales y extensas así como a las familias formadas por parejas homosexuales, no puede ser considerada como una Constitución del siglo XXI.
Una constitución que en su formulación legitima las diferencias sociales y privilegia los grupos minoritarios dejando sin participación democrática a la mayoría de la población. Una Constitución de espacio cerrado y que refleja solo los intereses de los partidos mayoritarios y de sus negociaciones o pactos, no puede ser considerada una Constitución del siglo XXI.
La sociedad dominicana con esta Constitución ha sufrido un gran revés. A pesar de que se produjeron distintos movimientos sociales de oposición a la misma, las voces de las organizaciones sociales y de la sociedad civil no fueron escuchadas y se impuso la lógica de exclusión.
Se supone que el siglo XXI es un siglo donde se busca el fortalecimiento de los derechos humanos, la democracia, la diversidad y la libertad. Esta Constitución niega todos estos principios y por el contrario refuerza el autoritarismo y la exclusión. (Diario "Clave Digital", 28/1/2010).
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