Retirar un caballo del programa
el día de carreras crea suspicacia
Para la confección de un programa oficial de carreras en los hipódromos del mundo, se recurre a un panfleto previo de llamadas, que se determina por las distancias previstas, reclamos y la nómina de ejemplares disponibles, que son asignados por sus entrenadores o manejadores autorizados por el dueño o intereses apoderados, pero que no siempre todos asisten a la sala del secretario de carreras para hacer la lista de competidores.
Una vez confeccionada la carrera y elaborado el programa, como prueba a verificar, el secretario de carreras tiene que ver si todo el plan para que los caballos corran está correcto, como la inscripción del ejemplar, el jinete asignado, la distancia, el reclamo, los aperos, las libras, el punto de partida, el entrenador apoderado, etcétera.
Confeccionado el pograma con todos los detalles, que lo hacen legal y oficial, entonces, se procede al examen veterinario de los ejemplares y se dictamina si se le retira o si se deja correr, siempre de acuerdo con la apreciación del médico veterinario, que es el facultado para declarar no apto a un caballo.
Al ser inscrito el caballo, su entrenador pudo considerar que estaba bien fisicamente y preparado para la dura competencia, pero reglamentariamente está previsto que las autoridades, que rigen las normas para el espectáculo, tienen que serciorarse de que los caballos vayan a la pista en plenitud de condiciones para, así, garantizarle el dinero a quien lo arriesga como si fuera el pago de un impuesto a la esperanza.
Y esa es una tarea que se hace en la víspera del día de carrera y la labor solo está a cargo de un veterinario profesional, previamente designado en el hipódromo V Centenario por la Comisión Hípica Nacional, que lo emplea con toda la autoridad para decretar un retiro y solo esperar por su resultado en la carrera, que oficializa un jurado responsable de observar que la competencia sea limpia.
La veterinaria es una ciencia que estudia, previene y cura las enfermedades de los animales y se estudia para alcanzar un doctorado, es decir, que quien se gradúa es un docto en el conocimiento de la contextura y esqueleto de un animal irracional, como lo es el caballo al que en la hípica se le llama el "noble bruto", por aquéllo de su docilidad a pesar de su falta de raciocino.
Se entiende, pues, que el médico veterinario es la persona que está facultada y legalmente autorizada para profesar y ejercer la veterinaria, por tanto es en quien hay que confiar, puesto que puede ver, amancebar, ejercitar, reconocer y sacrificar a un animal.
De hecho, en el programa del jueves último se produjo el retiro de tres caballos inscritos en la segunda carrera, donde habían ocho que fueron señalados como aptos desde el mismo día de la confección del programa oficial.
Pero, como está previsto que antes del día de carreras se procede a la verificación de las condiciones de los caballos incluidos, el mismo día de la competencia pueden, también, retirarse aquéllos que no presenten condici ones de excelencia para el compromiso contraido por sus entrenadores y esto suele ocurrir con mucha frecuencia.
Por cuáles causas pueden ser retirados los ejemplares, antes de oficializar el programa o antes del desarrollo de la prueba en la pista; pués, por unas 20 razones contempladas oficialmente por el cuerpo de veterinarios del hipódromo V Centenario.
La lista de causas es la siguiente: inapetencia, resentido, cojo, cólico, herida, bajo tratamiento, fractura, alérgia, inflamación, contusiones, laceraciones, visión afectada, hemorragia, trastornos digestivos, intoxicación, fiebre, debilidad general, excitación anormal o muerte.
Los retirados el jueves fueron El Fiscal KG, por inflamación, lo mismo que World Peace y Argos, por estar cojos ambos, dolencias tales que acarrean sanzaciones al caballo que, a fin de cuentas, afectan a sus entrenadores y propietarios, como a los "groomers" que son quienes los cuidan en sus jaulas.
Esos fueron retiros de caballos que pudieron ser dejados fuera de la carrera, con previo conocimiento de la fanaticada y que, por tanto, no apostaron a ellos, pero suelen ocurrir retiros en pleno desarrollo del programa, alegándose aquéllas justificadas causas, pero que pueden obedecer a planes inconfesables y que se provocan con trucos para que el veterinario dictamine y se crean asi las condiciones para ejecutar acciones malandrinezcas, más cuando se ofrece un premio de "poolpote" multimillonario.
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