jueves, 22 de septiembre de 2011

"La vida no es solo miel y gloria, también caldos y penalidades"...

 Médica: Autor del Blogger/Tomás E. Montás

La diabetes,
una enfermedad
silenciosa

Por Rafael Nazario Lora

 (Tomás E. Montás · 67 años. Mi comentario en el periódico digital Acento.com : “Este texto, tan sencillamente escrito y tan explícito para la comprensión del lector y aquéllos que, como yo, estamos afectados por la enfermedad, que vuelve a uno inconsistente, debiera ser acogido por el Ministerio de Salud y disponer su impresión -como hacen las sectas religiosas con trozos de textos de la Biblia- y distribuirlo en un folleto manejable para el conocimiento y concientización de la población. Su contribución no debe quedarse solo como una constancia de Acento.Com, sino acentuar así su objetivo que es el de concientizar a los seres humanos a vivir más con menor riesgo de sucumbir como diabético que, cuando se le detecta, ya el paciente siente el impacto de creer que empieza a morir. 22-9-11)

Médico cirujano, especialista en cirugía general y laparoscopía
(rafaelnazariolora@gmail.com)

 "Es propicia la ocasión para comentar algunas recomendaciones en laprevención de la llamada "enemiga silenciosa". Sobre todo ahora, que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha "declarado la guerra" al cáncer, la diabetes y la hipertensión, en el marco de la Asamblea General y su nueva agenda de trabajo.
De lo terrible de dicho padecimiento fuimos testigos a muy temprana edad. El único abuelo del que disfrutamos por solo cinco años -al paterno una tifoidea en tiempos de carencias antibióticas nos impidió conocerlo siquiera-, cayó fulminado por un accidente cerebro-vascular consecuencia del mal que estamos comentando. Y es que cuando pasa el tiempo y se adquiere la condición de abuelo, la vida cobra otro sentido y se valora al nieto, con el que a veces se inicia una relación de cariño y complicidad y un diálogo mucho antes del bebé haber adquirido la capacidad de hablar.
La diabetes mellitus, es una enfermedad metabólica que afecta a múltiples órganos y tejidos y consiste en un aumento de los niveles de glucosa en sangre (hiperglucemia). La glucosa, como todos sabemos, es la fuente de energía de la célula, en la que penetra con ayuda de una hormona llamada insulina, que a su vez es producida por el páncreas. En la dolencia se afecta la capacidad de ese órgano para producir dicha hormona (tipo I) o las células del cuerpo no responden normalmente a la insulina que se produce (tipo II). Existe también la diabetes gestacional.
Los síntomas más relevantes del trastorno están definidos por una triada conformada por poliuria (emisión excesiva de orina), polidipsia (necesidad imperiosa de beber) y polifagia (aumento anormal del deseo de comer), acompañada de pérdida de peso sin razón aparente.
También se describen fatiga o cansancio, cambios en la agudeza visual y otros como vaginitis y ausencia de menstruación en la mujer y balanitis e impotencia en el hombre, parestesias en manos y pies, piel seca, úlceras o heridas que cicatrizan lentamente. Además de irritabilidad, cambios de ánimo, náuseas, vómitos y mal aliento.
Las complicaciones afectan ojos, riñones, nervios y vasos sanguíneos, siendo las agudas (por un control inadecuado) hipoglucemia, cetoacidosis y coma hiperosmolar; las crónicas como las cardiovasculares, nefropatías, retinopatías, neuropatías y daños microvasculares. Todas conducen a ceguera, insuficiencia renal crónica, infartos, apoplejías, infecciones, pie diabético y amputaciones.
El diagnóstico está basado en la medición de la concentración de glucosa en plasma en ayunas de 8 horas (126 mg/dl) y en la prueba de tolerancia a la glucosa oral (200 mg/dl). La hemoglobina glicosilada (6%) es actualmente un test de control y seguimiento fuera de toda duda.
El tratamiento consiste en restaurar los niveles de glucemia (70-105 mg/dl). Se utiliza la insulina en la diabetes tipo I y en la gestacional. En la diabetes tipo II, tanto la insulina como los antidiabéticos orales.
La importancia del padecimiento se comprende si observamos la cifra de alrededor de 171 millones de personas que la sufrían en el año 2001. Casi 400 millones la padecen actualmente, con una expectativa de aumento mucho mayor en el futuro inmediato.
En un reciente trabajo científico publicado se dan a conocer cinco claves para prevenir la diabetes que reducen hasta un 80% el riesgo de desarrollarla: una dieta sana, no fumar, no beber en exceso, mantener un peso normal y realizar actividad física por lo menos tres veces a la semana.
De acuerdo al mismo estudio, la relación entre estos hábitos y la enfermedad es muy significativa y bastante sorprendente. Cada factor por separado, disminuye las posibilidades de padecerla, pero juntos multiplican su acción positiva.
En un mundo en el que la vida sedentaria, la ingesta de comida chatarra y los malos hábitos contribuyen a la obesidad y otros trastornos metabólicos y de diversa índole, sería conveniente asumir estos consejos en beneficio de la salud, permitiendo así a los nietos disfrutar de sus abuelos por más tiempo con calidad de vida. 

http://hipicosas.blogspot.com/

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