(Gissette Hernández (Gissy) una dominicana auténtica, que a los nueve años iba al estadio Quisqueya a disfrutar del béisbol convertida en liceísta, en émulo de su padre, que vendió "Yaniqueques" a la entrada, y que hoy comparte la diáspora en el extranjero, pero que no pierde su sentido de Patria y, con orgullo, defiende el rol de la mujer dominicana digna de su género. Al iniciar el 20 de octubre otra temporada de béisbol y en medio de la euforia de que cada equipo contaba con un ballet de muchachas para animar sobre los dogout, ella escribió):
¡Arrancó el béisbol invernal dominicano, el pasatiempo nacional! Ahora, la pelota y la política son los temas que despiertan más pasión en todos nosotros. Vivimos todo el tiempo en plena campaña, no importa si es año electoral o no.
Pero, llegan los peloteros con sus batazos de cuatro esquinas, como una válvula de escape que todos necesitamos para mantenernos cuerdos. Mucho antes de que se cante el primer lanzamiento, se organiza todo el aparataje con vista al campeonato; las contrataciones, amarres, despidos, promociones, nuevas políticas, tarifas y, durante los últimos años, las ¡BAILARINAS!
¡Ay, ay, ay! las bailarinas: todo un espectáculo visual, más que otra cosa, diseñado, pensado y vendido como un incentivo del juego. Cada grand slam es celebrado con movimientos pélvicos, literalmente orgásmico, que han convertido el diamante de triunfos y derrotas deportivas en una gran cama, para las más eróticas de las fantasías sexuales. Ya las grandes jugadas no se celebran con los clásicos brincos, abrazos y el júbilo desbordado, de un lado, y la justa frustración, del otro; ahora, son las bailarinas las encargadas de repartir las alegrías y la satisfacción que produce el juego. Son mujeres poco menos que desnudas, que ejecutan una frenética danza donde solo se oferta ¡Culos, tetase y morbo!
¿Era necesario este espectáculo en un deporte-pasatiempo que es una fiesta familiar?
¡Hasta este punto y a pesar de la pregunta, todo bien! ¿Pero, por qué siempre hay un pelo en el sancocho? ¡LAS BAILARINAS SON IMPORTADAS!
Cuando un país no produce determinado producto, tiene que importarlo; claro, con los costos que esto implica. Así es que, después de un completo análisis, se llegó a la conclusión de que las ¡MUJERES DOMINICANAS, no tenemos el suficiente Silicon en las nalgas, ni el tamaño adecuado de brazzier para animar un jueguito de pelota! Esta es la práctica más sexista que he visto y la mayor metida de patas de los gerentes de los equipos.
Este "indispensable” producto de consumo masivo devengará un salario que rondará los 70,000 pesos mensuales. Más pasajes, hotel, transporte, dietas, recreación, ¡All included! Pero, claro, estos costos no son nada comparado a la calidad del producto, si tomamos en cuenta que para el ignorante pueblo dominicano, todo lo extranjero es mejor. ¡Sin ninguna duda!
Esto, de ninguna manera es un desahogo feminista, nada más lejos de eso. Soy de las mujeres que practican el feminismo, pero sin apasionamientos ni bocinas. Y nunca he enarbolado mi género como una condición para conseguir reconocimientos. Lo que no merezco por mi cerebro, no lo quiero por mi clítoris. Sencillamente, esta práctica es una discriminación sin límites y una falta de respeto total a las mujeres dominicanas. Mujeres que hemos sido probadas al fuego en todas las circunstancias y que, como el oro puro, hemos salido invictas siguiendo con esta línea de pensamiento y, copiando de los brillantes cerebros dominicanos, las mujeres deberíamos empezar a importar ¡SEMEN! Dejaríamos de parir retrazados mentales, como hasta ahora; rechazaríamos la "deficiente" producción nacional.
¡Un SEMEN importado y de mejor calidad nos garantiza una mejor raza y, en unas cuantas décadas tendríamos bailarinas a la altura de las extranjeras!
¿Cuál es el meta mensaje de los dueños de los equipos? ¡Que todo el territorio nacional, no produce un puñado de mujeres dignas de dar golpes de barriga en un play! ¡Que no tenemos la capacidad suficiente para vender coconete, en ropa interior! !Que en todos los grupos de ballet folklóricos, danza moderna, ballet clásico, no se consigue material calificado para exhibirlas como vacas en el juego! Cuando la realidad es que las universidades están llenas de jóvenes con todos esos atributos y más; y que un salarios de 70,000 pesos mensuales, por varios meses, les pagarían sus carreras completas.
Y hasta los barrios más paupérrimos están llenos de jóvenes con los mismos atributos de las importadas; no gracias al bisturís, pero sí a la cantidad de latas de aguas que suben y bajan diariamente por los barrancones y, si no me creen pregúntame que yo si puedo dar cátedra de eso.
Confieso que es difícil que algo me sorprenda. Pero la capacidad del dominicano de cagarla en todas partes es algo que escapa a toda lógica.
¿Hasta cuándo seguiremos con estos malditos complejos, que no nos dejan avanzar y salir de este atraso en que vivimos?
Y lo triste es que seguiremos yendo al parque de pelota y pagando para que nos insulten,
POS-DATA: NO CABE DUDAS QUE EN LA REPUBLICA DOMINICANA, NO GANAMOS PARA VERGUENZA!!!. Gissy.
