viernes, 23 de diciembre de 2011

En verano o en invierno, el nacimiento de Jesús da motivo para celebrarlo y alabarlo por la humanidad, ricos y pobres, bajo el sol o en la oscuridad: Es navidad

Navidad: Autor del Blogger/Tomás E. Montás

La Nochebuena dominicana

La reunión familiar de miles y miles de dominicanos para compartir la rica y variada Cena Navideña en la República Dominicana, que ha venido celebrándose, tal vez desde los propios orígenes de la nación, va perdiendo su identidad cultural, Esto es así porque desde hace cientos de años, nuestros ancestros familiares, solían agruparse para compartir con sus familiares y amigos cercanos ante tal ocasión.
Los dominicanos, esperan cada año, la noche del 24 de diciembre (Noche Buena) para saborear y degustar carnes asadas de lechón (o cerdo, puerco, como se le llama) pollos, pavos, etcétera; los cuales son acompañados con pastelitos, empanadas de yuca, pasteles en hojas, todo con un toque navideño depositado y decorado en sus respectivas mesas.
Acompañan también a la variada cena, golosinas, manzanas, uvas, lerenes, pan de frutas, el pan (conocido en nuestro país, como telera), los espaguetis, las ensaladas, pero sin faltar el rico locrio de cerdo o moro de guandúles. Todo esto sumado a los vinos, moscateles, anís confite, ponche y variedades de licores, como ron y whisky, adornan la mesa de miles de dominicanos y la música diversa, sobre todo el merengue, no falta como complemento.
Pero, cabe preguntar, ¿para esta temporada navideña 2011, habrán miles de familias que no podrán poner sus pies debajo de la mesa este 24 de diciembre?, la respuesta sería: Es posible.
Con la alta tasa de personas desempleadas, el aumento de haitianos que viven de forma ilegal, los despidos que durante todo el año han realizado numerosas empresas de zonas francas, dentro de ellas en Santiago, cientos de diversas empresas y pequeños negocios que han salido del mercado, no se pueden esperar situaciones favorables.
En ese sentido, desde hace varias décadas y, con más intensidad en los últimos años, crecen a cada año, el número de familia que se suma al grupo de aquellos que no pueden llevar a sus respectivos hogares los ingredientes para preparar la cena de navidad a sus hijos como manifiesto cultural gastronómico de esta nación, dejado como legado de tradiciones tras tradiciones.
Este año quedó evidenciada la pobreza que aumenta en República Dominicana muy a pesar de que el gobierno del presidente Leonel Fernández se ufana de la “estabilidad económica y el crecimiento de la economía y de que E’palante que vamos”, y como muestra de su poca sostenibilidad los molotes, golpeados y muertos producto del reparto de cajas con comestibles por diversos pueblos del país, en una operación que lastima y averguenza.
No obstante, hay que conservar las costumbres y tradiciones, para que en aquellos hogares donde brilla la extrema pobreza, esos infelices puedan cocer sus locrios, aunque no sea ¡del preciado lechón!, que es parte del folklore.

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