sábado, 25 de diciembre de 2010

Un país es libre con medios de comunicación que sirvan con honorabilidad y prudencia al fomento y elevación de la conciencia social

Hípica:Autor del Blogger/Tomás E. Montás
Un favor al hipismo


(Este es un artículo publicado el jueves 23 último en el periódico Primera Hora, de Puerto Rico, escrito por el comentarista hípico Joe Bruno, quien es una de las voces de la transmisión de las carreras en el hipódromo Camarero, que recibe apuestas de los hípicos dominicanos. El autor de este Blogger, escuchó decir el sábado a una alta autoridad hípica en el hipódromo V Centenario, más o menos esta expresión extravagante: "Esta vaina lo que está es de cerrarse..." Y revisando el Internet me encuentro con lo que debiera ser, en nuestro caso particular, una respuesta a tan peregrina idea...)
"El hipismo es uno de los deportes más complejos que existen. Es una industria que combina el aspecto deportivo con el de las apuestas. Por ese último, desde hace bastante tiempo, la hípica es una actividad regulada, buscando las autoridades mantener la pureza y la credibilidad en los procesos ante los apostadores.
De ahí, la institución de un panel llamado Jurado, constituido por tres personas capaces de conocer sobre la industria y, más aún, conocer sobre el desarrollo de una carrera de caballos para poder emitir juicios a la hora de intervenir con una acción de fiscalización.
Históricamente, han existido paneles de Jurados que han actuado con dureza en los procesos con el deseo de mantener intacto el interés público. Pero, como en la vida, siempre existen los dos extremos, ha existido también paneles de Jurados que han dejado mucho que desear por sus actuaciones de fiscalización.
Ésos son los que menos tiempo han durado, cuando ha existido como contraparte un Administrador Hípico que ha tenido como norte actuar con mano férrea al momento de que su personal de confianza ha fallado en su función.
Actualmente, vivimos el tiempo en que ambas situaciones están presente. Un Jurado mediocre que parece no querer encontrar la forma de imponer un método de fiscalización adecuado para mantener la credibilidad del hípico apostador en la actividad hípica y un administrador que ha sido demasiado “blandengue” en su función, convirtiendo a la oficina que dirige en una extensión del tipo de gobierno que tiene nuestro país.
Ambos casos se combinan para ayudar a llevar al hipismo local a su peor momento, históricamente, con situaciones que dejan mal sabor en todos los componentes de este deporte, especialmente de la fanaticada, que cada día que pasa sufre mayores descontentos con los desaciertos repetidos en las decisiones de un Jurado excesivamente leniente.
Un Jurado del que abundan los rumores negativos y desfavorables. Un Jurado que muchas veces parece no saber qué hacer cuando se producen situaciones complejas en una carrera. Un Jurado con amistad muy abierta con dueños de caballos, jinetes y entrenadores.
Un Jurado que nos ha señalado personalmente estar con “las manos amarradas” al no saber cómo actuar ante montas negligentes de jinetes y actuaciones cuestionables de caballos en determinadas carreras.
Un Jurado así no puede ser parte del hipismo en ningún hipódromo. Pero, lamentablemente, ése es el Jurado con el que cuenta la hípica local, respaldado por un administrador que parece aprobar las acciones de ese panel y de otros miembros de su grupo de empleados de confianza, cuya labor deja mucho que desear en un deporte que demanda seriedad y la mayor honestidad posible en todos y cada uno de los procesos.
Miembros del Jurado y Administrador Hípico, déjenles el espacio a otros que vengan con el mayor interés de ayudar a la hípica. Dejen la hipocresía al decir que aman el hipismo. Si verdaderamente aman este deporte, renuncien.
Sólo así le harían un favor al hipismo.

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